A menudo los dentistas infantiles que tratamos con niños pequeños nos encontramos con situaciones complicadas y difíciles de abarcar. Para evitar momentos desagradables tanto para los más peques del hogar como para los profesionales de la Odontología, lo más recomendable es la adaptación del niño a la consulta odontológica. Pero, ¿en qué consiste?
La adaptación del menor a la consulta significa lograr y mantener su colaboración al tratamiento, mediante un proceso de enseñanza- aprendizaje por el cual se adquieren valores, actitudes y conocimientos que van a promover en el niño una actitud positiva hacia la consulta odontológica. Debido a razones preventivas recomendamos que la primera visita al dentista coincida con el primer año de edad del niño aunque la mayoría de los padres pospone este momento. Cuando el niño cuenta con tres o cuatro años ya posee suficientes habilidades comunicativas y socializadoras como para acceder a las exigencias de una cita odontológica. Calmar a los niños ante el miedo a lo desconocido y generar un clima de confianza son algunos de los mayores retos a lo que se enfrenta cualquier dentista infantil en Córdoba.
VARIABLES QUE INCIDEN EN LA ADAPTACIÓN.
-Ambiente Odontológico. Para el niño este ambiente contiene una serie de elementos aversivos tales como gente desconocida, procedimientos extraños y máquinas atemorizantes. Diferentes investigaciones han confirmado que cuando los niños están inmersos en ambientes odontológicos agradables exhiben niveles más bajos de ansiedad. Por lo tanto debemos eliminar (en la medida de lo posible) los diferentes agentes que generen temor y agobio. El niño debe sentirse cómodo en el ambiente de la clínica dental con la confianza que genera un dentista infantil en Córdoba.
-Odontólogo y Personal Auxiliar. El abordaje que emplee el odontólogo hacia el niño es determinante en sus reacciones futuras al tratamiento, de ahí la responsabilidad del profesional que lo trata. El odontólogo que atiende niños debe ser tolerante, paciente y cariñoso. También debe mostrar empatía por su paciente y ser capaz de ganarse su confianza y la de sus padres. Poseer una buena capacidad de expresión en cuanto a las palabras, el tono de la voz, gestos y expresiones faciales, y usar un lenguaje y conceptos que el niño pueda entender es clave para tener la situación controlada. Asímismo es recomendable evitar palabras como aguja, taladro, dolor, en estos casos empleamos los eufemismos a fin de mantener controlados los niveles de ansiedad. El odontólogo es un profesional dental pero ante este tipo de momentos, la psicología es necesaria. Solo así un buen dentista infantil en Córdoba tendrá la situación perfectamente controlada.
-Los Padres. La importancia de los padres es tal, que en Odontopediatria, la relación odontólogo-paciente deja de ser un binomio para convertirse en triangular. Existen ciertas gradaciones entre las actitudes paternas de las cuales describiremos cinco:
-Sobre protección Contexto caracterizado por un cuidado excesivo que retrasa la maduración psicológica del paciente. Si el niño domina la situación será muy difícil entablar conversación con él, máxime en casos de sobre indulgencia. El niño puede mostrarse muy violento e irascible si denota que sus deseos no se realizan.
-Sobre indulgencia. Son niños con pocas restricciones o llamados también “niños sin límite”, son pacientes difíciles, muestran berrinches y/o conductas agresivas cuando no dominan la situación.
-Carencia afectiva. Contexto establecido cuando aparece una absoluta carencia de afecto hacia el menor. Puede variar desde despreocupación o indiferencia hasta el descuido total. Son niños tímidos, lloran fácilmente y pueden mostrar rechazo para colaborar con el odontólogo. Requieren tolerancia y afecto.
-Rechazo. La principal señal de identidad es el descuido del niño sometiéndolo a frecuentes castigos. Son pacientes que necesitan muchísimo y comprensión.
-Autoritarismo. Predomina la imposición de la autoridad mediante el castigo o el ridículo verbal. Son niños acostumbrados a obedecer órdenes y se comportan adecuadamente en el consultorio pero pueden retrasar indirectamente el tratamiento mediante conductas evasivas.
-Los niños. La actitud del niño depende, como se dijo, de las actitudes paternas, a su vez, el odontólogo debe obtener datos que le permitan conocer y percibir a su paciente. Se recomienda para ello emplear una encuesta psicoconductual, donde los padres faciliten información acerca del paciente. Algunos de estos datos son:
-Edad cronológica.
-Conducta en el hogar.
-Comportamiento con el pediatra.
-Experiencias odontológicas previas.
-Historial de hospitalizaciones.
-Temores, juegos y destrezas.
La edad cronológica es muy importante para predecir el comportamiento del paciente, su posibilidad de autocontrol, raciocinio, temores, madurez emocional. Los niños muy pequeños no han logrado una madurez emocional suficiente, afortunadamente la intervención en estos niños no es frecuente. A los 4 años se facilita la adaptación por disminución del miedo a lo desconocido, mayor madurez emocional y aumento de la socialización. Lógicamente al aumentar la edad, el niño desarrolla mayores y mejores destrezas sociales, aprende a autocontrolarse y a aceptar situaciones no placenteras.
En ocasiones la edad cronológica no corresponde con el desarrollo psicomotor del paciente. Por este motivo debemos conocer las características básicas de comportamiento desde el nacimiento hasta la adolescencia. Es importante determinar los miedos acordes y no acordes con la edad. De hecho, el miedo es una reacción natural para alejarse de los peligros. Consideramos que el miedo racional e instintivo es normal, la ausencia del mismo entre los 2 y 6 años resulta patalógico. En ese sentido, el miedo puede ser de carácter subjetivo, transmitido por los padres inadvertidamente o por escuchar historias odontológicas de amigos. También puede ser objetivo y resultante de una experiencia real.
-Calidad de la Consulta Odontológica. Es clave para la adaptación. Debe hacerse todo el esfuerzo por mantener al niño relajado y por eso la visita tiene que ser estructurada. Para que el niño sepa qué esperar y cómo reaccionar establecemos líneas o guías del comportamiento:
a) Explicar al paciente el propósito del tratamiento y los objetivos de cada visita.
b) Describir cada fase del tratamiento estimando el tiempo de duración.
c) Dividir cada procedimiento en etapas y señalar cuando ha culminado cada una.
d) Preparar al paciente para cada cambio de sensación antes de que lo experimente. Por ejemplo: olores nuevos, sabores, ruido y vibración.
e) Informar acerca de lo que se realizara la próxima visita.
La primera sesión ha de ser agradable, positiva y simple. En buena parte de ello dependerá el futuro comportamiento del niño ante el profesional de la Odontología.
TÉCNICAS DE ADAPTACIÓN.
Se emplea para reducir los temores y la tensión del paciente. La desensibilización se logra enseñando una respuesta positiva como la relajación. Posteriormente se introducen estímulos más amenazantes a medida que el paciente queda desensibilizado. Realizamos procedimientos fáciles y menos amenazantes dejando los más difíciles para más adelante.
-Decir, mostrar, hacer. Este enfoque práctico consiste en decirle al niño qué vamos a hacer en la consulta con un lenguaje sencillo para que pueda entender en todo momento en qué consiste nuestro trabajo. Posteriormente le mostraremos las herramientas con las que trabajaremos. Tiene lugar cuando se produce un cambio de comportamiento resultante de la observación de otra persona. También es conocido por el nombre de “aprendizaje por imitación”.
-Reforzamiento positivo (más usada). Sabemos que el ser humano se orienta hacia el principio de la aprobación, por ende, gran parte de la conductas pueden mantenerse y repetirse mediante reforzadores positivos o estímulos agradables. Los reforzadores pueden ser materiales o tangibles (juguetes, regalos), sociales que pueden ser verbales (elogios) y no verbales (expresiones faciales positivas y contacto físico), además de actividad (como por ejemplo ir a un parque). El refuerzo positivo ha de aplicarse una vez que se ha obtenido la conducta y el comportamiento esperado del niño.
Como puedes observar tratar con niños en consulta siendo dentista no es tarea fácil. Sin embargo, no es imposible. Por algo Clínica Dental Manuel Rosa es uno de los dentistas infantiles en Córdoba más conocidos de cuantos existen en la ciudad. Ponte en contacto con nosotros y verás como tus hijos pierden el miedo de ir al dentista. ¡Te esperamos!