Muchas veces acuden a la clínica pacientes que anteriormente han llevado un tratamiento de ortodoncia pero que no han seguido los protocolos de retención adecuados. Esto hace que los resultados que deberían haber tenido no fueran los esperados.
Hace tiempo, algunos ortodoncistas no incluían la retención como parte del tratamiento, y los que lo hacían era por un periodo determinado, el cual nunca era suficiente.
Actualmente, la retención ocupa un lugar muy importante en el tratamiento de ortodoncia, ya que sabemos que es clave para que el resultado final sea el que esperamos desde el principio, tanto si se ha usado brackets como si no.
Los retenedores son unos aparatos, que pueden ser fijos o removibles, que coloca el ortodoncista al terminar el tratamiento de ortodoncia y cuya misión principal es que los dientes no vuelvan a tener la posición original que tenían antes de empezar.
Los aparatos de retención son la única manera de garantizar que la estabilidad conseguida con la ortodoncia seguirá estable toda la vida. Podría decirse que es el freno que hace que la posición actual de los dientes se mantenga tras el tratamiento.
Hay dos tipos de retenedores: fijos y removibles.
- Retenedores fijos: finas barras de alambre que van colocadas de un colmillo a otro, tanto en la zona superior como en la inferior. Estos van adheridos a la cara lingual con composite. Se colocan el mismo día que se retiran los brackets, de esta manera aseguramos que los dientes no se muevan y sigan en la posición correcta.
- Retenedores removibles: férulas transparentes, muy parecidas al Invisalign. Son de “quita y pon” y se colocan en ambas arcadas. El día que se retira la ortodoncia se toma medida para crear estas férulas a través de unos moldes y se entregan al paciente normalmente unos días después.
Se aconseja que ambos retenedores se usen de manera permanente para evitar que los dientes se muevan, ya que no interfieren en la vida normal del paciente y resultan mucho más cómodos que la ortodoncia.
Los removibles se utilizan en principio todo el día, pero según vaya avanzando el tiempo podrán ser usados únicamente por la noche. Aunque la decisión final siempre la tomará el profesional, ya que será quien sepa su evolución y en qué estado están los dientes.
Una de las principales preocupaciones de los clientes a la hora de llevar estos retenedores es cómo mantenerlos limpios.
- En el caso de los fijos, no pueden extraerse para ser limpiados, por lo que han de incluirse en la rutina de higiene bucodental, pasando el cepillo alrededor de la barra para evitar la acumulación de restos en la zona.
- Por otro lado, los removibles pueden extraerse y ser limpiados con un cepillo, agua tibia y jabón neutro cada día. También se aconseja diluirlas en agua con una pastilla especial para prótesis dentales una vez a la semana.
- Además, es muy recomendable acudir al especialista para que periódicamente lleve a cabo una limpieza profesional, garantizando así su perfecta conservación.
Conseguir una sonrisa saludable es más fácil de lo que crees si te pones en nuestras manos. ¡Te esperamos en Manuel Rosa, tu clínica dental en Córdoba!