Dicen que si uno sueña que se le caen los dientes es porque está estresado. Cierto o no, sí está confirmado que existe una relación entre situaciones de ansiedad y la salud bucodental. A la larga, estas pueden provocar incluso dolores de cabeza, de cuello e incluso mareos.
Pero, en concreto ¿cómo y por qué el estrés afecta a tus dientes?
Alteración de la saliva
El estrés puede generar una alteración del PH de la saliva, hasta tal punto de volverla más ácida de lo normal. ¿Qué ocurre entonces? Pues que esa acidez de la saliva puede acelerar la aparición de caries, que se forman en apenas unas semanas. Además esta situación se potencia con el consumo excesivo de alcohol y tabaco.
Bajada de defensas
De forma general, el estrés provoca la bajada de defensas en todo el cuerpo. ¿Cómo afecta esto a tu boca? Es posible que se manifieste en forma de gingivitis en las encías, herpes en la boca u otro tipo de infecciones bucales.
El síndrome de la boca seca
La xerostomía o síndrome de la boca seca tiene diversos orígenes, pero también puede aparecer de forma puntual en momentos de mucha tensión nerviosa. Es un trastorno caracterizado por la falta de saliva en la boca, que puede provocar dificultad en el habla. La falta de flujo adecuado de saliva además irrita los tejidos blandos de la boca y los vuelve vulnerables, por lo que aumenta la posibilidad de atraer infecciones bacterianas.
Desgaste de piezas dentales
Muchas veces los nervios y el estrés se alivian mordiendo diferentes elementos: desde las propias uñas hasta bolígrafos o lápices. El esmalte dental está preparado para morder otro tipo de materia (principalmente relacionada con la comida), por lo que al hacer ese sobreesfuerzo las piezas dentales se van desgastando.
Otro de los orígenes del desgaste de los dientes a causa del estrés es el conocido bruxismo. Se trata de un trastorno por el que se rechinan los dientes de forma involuntaria, sobre todo durante el sueño. Además, si existe un desajuste en el encaje de los dientes, estos se aprietan, lo cual también degrada las piezas.
Relájate
¿Cómo hacer frente al estrés, uno de los grandes problemas del siglo XXI? ¿Y cómo evitar que afecte a la boca? Existen pequeños ejercicios faciales que ayudan a destensar la musculatura de la mandíbula. Pueden hacerse antes de dormir, por ejemplo. Algunos de ellos son tan sencillos como recitar las vocales A, E, I, O, U exagerando los movimientos mandibulares, ya que así se trabajan los músculos. Otro ejercicio puede basarse en pequeños masajes haciendo movimientos circulares con los dedos índice y corazón en la zona mandibular.
Contra el bruxismo o apretar los dientes, existen férulas de contención con notables resultados: ayudan a mantener los dientes encajados en su sitio.
Prevención
Como siempre, prevenir es mejor que curar. Es fundamental una buena limpieza de la boca para reducir el riesgo de infecciones y caries y acudir al dentista para mantener el control de todo lo que pueda ocurrir en la boca. Por otro lado, las visitas al dentista deberán ser inmediatas si se observa que las encías se inflaman o sangran frecuentemente, hay sensación de movimiento de los dientes o mal aliento.
¡Evitemos que el estrés pase factura a nuestros dientes!